Tuesday, June 20, 2006

LAS CARACTERISTICAS DEL BUEN ARTE


Las características del buen arte.

Ahora nos abocamos a la cuestión de los ingredientes importantes de las diversas formas de arte.
El arte de calidad siempre va aunado también con la dura disciplina de la práctica continua. Los grandes artistas son aquellos que, cuando son observados en la práctica de su arte, parecen estar haciendo algo simple y sin esfuerzo. Lo que no es visible son las arduas y largas horas de práctica constante que precedieron esa espontaneidad y destreza artística.
Todo arte tiene un valor intrínseco. No necesita hacer algo para tener algún valor. Una vez creado, ya ha "hecho" algo. No tiene que ser un medio para un fin, ni tener beneficio utilitario alguno. Aun el arte malo tiene algún valor porque, como obra creativa, sigue estando vinculado a Dios mismo, la Fuente de toda creatividad. El proceso creativo, no importa cómo se exprese, es bueno porque está vinculado al Imago Dei, y muestra que el hombre, único entre las criaturas de Dios, tiene este don. Esto es cierto aun cuando los resultados del don creativo (obras de arte específicas) puedan ser estéticamente malos o presenten al observador contenidos malsanos y situaciones comprometedoras.
Pero hacemos bien en recordarnos, en este punto, que Dios no censura todas las cosas en la Biblia que son malas o inmorales. Él "cuenta las cosas tal cual son", ¡incluyendo algunos asuntos bastante detallados y sórdidos! El cristiano discriminador, por lo tanto, debe desarrollar la capacidad para distinguir la mala estética y las afirmaciones artísticas inmorales de la verdadera creatividad y artesanía, desechando y repudiando los primeros mientras aprecia y disfruta plenamente de los últimos. Los cristianos, por sobre todos los demás, poseen el marco adecuado para comprender y apreciar todo arte en la perspectiva correcta. Es una pena que muchos se han privado tan severamente de las artes, de tanto que podrían disfrutar bajo la bendición y la gracia de Dios.
Una tendencia desafortunada en años recientes ha sido el crecimiento de la cantidad de artistas que reconocen que su deseo primario es decir algo. El arte no se ve beneficiado por un énfasis excesivo en hacer una afirmación.
Otra característica de las declaraciones modernas es la obsesión con el yo. Dado que el mundo tiene poco significado para muchos modernos, el repliegue narcisista hacia el yo es todo lo que queda por expresarse. Por lo tanto, el público se ve confrontado hoy con muchos artistas que retratan sus propios divagues psicológicos y espirituales personales. En el arte de este tipo, el subjetivismo extremo es considerado una virtud más que un vicio. La afirmación (sumamente personal) abruma el arte. Muchas de estas afirmaciones parecen sugerir un grito desesperado en busca de ayuda, de significado, de amor. En este tipo de arte los sentimientos son agobiantes, las expresiones confesionales traen alivio personal, pero se dedica poco esfuerzo o pensamiento al dominio riguroso y necesario de la técnica y la forma. ¡Tal vez por eso hay tanto exceso de arte mediocre hoy! Simplemente no lleva tanto tiempo producirlo.
El sentido estético, por lo tanto, está sumamente condicionado por la experiencia cultural personal. Así como cada niño nace con la capacidad de aprender un idioma, de la misma forma cada uno de nosotros nace con una sensibilidad estética que está influenciada por la cultura que nos rodea. Juzgar el arte o la música de Japón como inferior al arte o a la música estadounidense tiene tan poco sentido como sugerir que el idioma japonés es inferior al idioma inglés. ¡La diferencia o la distancia no implican inferioridad!
La verdad puede ser expresada por no creyentes, y el error puede ser expresado por creyentes. Cuando Pablo hizo su famoso discurso en el areópago de Atenas, citó a un poeta pagano (Hechos 17:28) para comunicar una verdad bíblica. En este caso, Pablo usó una fuente secular para comunicar una verdad bíblica, porque la declaración afirmaba la verdad de la revelación. Por otra parte, el error puede ser comunicado en un contexto bíblico. Por ejemplo, en Éxodo 32:2-4, vemos a Aarón fabricando un becerro de oro para que los hijos de Israel lo adoren. Este fue un uso erróneo del arte, porque desobedecía directamente la orden de Dios de no adorar ninguna imagen.

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home