Thursday, May 01, 2008

SEGUNDA PARTE. Dramatización Valórica 2008



ESCENA II
(encienden las luces, la casa esta vacía sólo dos sillas quedan en la mesa, golpean la puerta varias veces aparece por la derecha mamá toda despeinada y en pijamas mira la hora y ve las 10 de la mañana)
Mamá: mmm las Diez (dice cuando ve el reloj y bosteza) ¿quién podrá ser tan temprano?...(abre la puerta en la izquierda.)
Priscila: hola, ¿está Edgar?
Mamá: ¿quién sos vos, el jardinero digo mi hijo no tiene novia?
Priscila: Disculpe, yo soy Priscila una chica de la iglesia y hoy había reunión aquí.
Mamá: ah si, me dijo algo, pasa..(la hace pasar)
(salen por la derecha Elisa y María bostezando y se sientan en las dos sillas que hay en la escena junto a la mesa.)
Mamá: Edgar a esta hora debe estar trabajando, ayuda a una señora, pero no se tarda en venir tiene muchas cosas que hacer.
Priscila: bueno, si no le molesta lo espero aquí.
Mamá: no hay problema, (mira a María y a Elisa) chicas por qué no saludan a Priscila y la hacen sentar, yo ya vengo me voy a cambiar.(y se retira).
María: rebajando a Priscila le dice: hola, sientate, (y mira para otro lado y habla con Elisa, pero Priscila no tiene silla, queda parada allí)
Edgar: (Entra por la izquierda, ve a Priscila y la saluda) Hola Pri, que temprano que viniste pero si falta un rato todavía.
Priscila: si, pero no quería llegar tarde.
Edgar: se ríe, pero si vives a una cuadra, ¿no te invitaron un asiento?
Priscila: ssi.
Edgar: Bueno ayúdame a acomodar. (Saca las sillas apiladas del rincón y las coloca en media luna mirando hacia el frente, María y Elisa ni se mueven, solo observan todo)
(en eso golpean la puerta, abre Edgar)
Edgar: Martín, como estás?
Martín: Edgar! (se saludan con un abrazo)
Edgar: Pasa, pasa ya está Priscila.
Martín: que raro jeje, (y saluda a Priscila, a María y a Elisa)
(Martín habla en voz baja con Priscila y les pregunta a las chicas quienes son, cuando tocan la puerta, los invitados adolescentes así hasta que van llegando todos de a par o de a uno, se saludan y se acomodan. Mientras esto va ocurriendo, entre medio, mamá aparece y ve a Martín)
Mamá: (entra por la derecha) Hola Martín!
Martín: Hola hermana como está ¡tanto TIEMPO, que gusto verla!
Mamá: ¿Cómo estás?
Martín: Bien.
Mamá: bueno ahí tengo unas galletitas para servir, las voy a traer.
Martín: NO. Yo iba a comprar, dígame cuanto costó yo le doy el dinero.
Mamá: No, no te molestes, $5 dame nomás.
Martín: (le da los $5 y mamá se hace a un costado del grupo y prepara en una bandejita la galletitas)
Edgar: ya estamos todos.
(una vez mientras la conversación de Mamá y Martín ocurre se van acomodando todos para que cuando esa charla termine, comience la reunión)
María y Elisa: (se ponen de pie para retirarse)
Martín: Chicas, por que no se quedan un ratito.
María: Eeee Bueno no sé, bueno sólo un ratito (se sienta con Elisa).
Martín: Bueno, Matías (uno de los adolescentes) ¿podés orar para comenzar?
Matías: (hace una corta oración)
Martín: Bueno chicos vamos a abrir nuestras Biblias en Prov.22:6 (y lo lee)
Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
[1]
A ver cuantos saben que es instruir?
Ismael: enseñar
Martín: Muy bien, que mas puede ser.
Agustín: Ayudar.
Martín; si, eso.
Roxana: corregir.
Martín: Pero muy bien, todo eso es instruir, nosotros debemos ayudar enseñar y corregir a niños para que ellos puedan seguir al Señor, como yo hago con ustedes.
Julieta: ¿y a personas más grandes que nosotros, los podemos corregir?
Martín: qué buena pregunta, corregir exactamente no es conveniente, por el hecho de ser mayores, pero hay una posibilidad más segura de corregir enseñar y sobre todo ayudar a otros, es dando nuestro ejemplo, haciendo las cosas buenas que a Dios le agradan.
(a todo esto mamá esta escuchando el mensaje haciéndose la distraída)
Martín: dice en Mateos 5:16 Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
[2]
Chicos no dejemos de enseñar por otros pero a su vez ayudemos a los demás que conozcan de Cristo, y verán que como dice la palabra: “cuando sean viejos no se apartaran de él”.
Bueno vamos a orar para terminar.
Mamá: ¡disculpen!, yo quisiera decir algo, no sé si es el momento, pero la palabra que acaban de hablar me tocó mucho, y lo que quisiera decir es que hace mucho tiempo yo conocí al Señor e instruí a mis hijos en el Señor, pero hace un tiempo dejé de ir a la iglesia y dejé de tener mi relación con Dios, pero uno de mis hijos siguió yendo, siguió haciendo la voluntad de Dios, y allí siguieron criándolo en Jesús, y hoy él me enseña a mí, por mi culpa mi otra hija se apartó, y sé que a ella le costará volver, pero quiero arrepentirme y pedir a Dios y a mis hijos, perdón, y agradecer mucho a Edgar, mi hijo, por ayudarme por enseñarme y corregirme todo este tiempo, sinceramente quiero VOLVER.
Martín: hermana, no sabe que gusto me da.
María: Bueno yo también quiero arrepentirme, hay muchas cosas en mi corazón que no me dejan ser FELIZ, pero yo recuerdo que cuando he estado BIEN CON DIOS todo el tiempo me encontraba bien, por eso también quiero volver, porque a pesar de todo siempre he visto a mi hermano Edgar como un gran ejemplo a seguir y le pido perdón por muchas cosas que él conoce. También voy a ayudar a mi amiga Elisa a conocer a Dios.
Martín: oh que bueno! Hay Fiesta en lo cielos, Dios está aquí hoy y quiero terminar agradeciéndole porque se ha hecho presente y ha hecho que todo esto ocurra.
Todos: Amén.
Martín: (ORA agradeciéndole a Dios y para retirarse)
(una vez que termina la oración todos se levantan y juntan las sillas y las cosas que haya y se retiran despacio, mientras tanto mamá se coloca al frente mirando a la gente y a su costado se ubican de un lado María y del otro Edgar.)
Mamá:(a los hermanos de la Iglesia presentes) Queridos Hermanos, esperamos que esta obra le sea de bendición, no sé si realmente usted es parecida a esta mamá que hacía diferencia entre sus hijos y estaba apartada, pero esta mamá tenía un hijo que sí siguió el camino del Señor porque una vez lo instruyó bien, pero hay muy pocos casos como estos, la mayoría, si usted se aparta de Dios o deja que ellos lo hagan, terminarán usted y ellos en la ruina, sólo queremos dejar el mejor mensaje y es que usted enseñe, ayude y corrija a su niño, adolescente, joven o adulto en el camino del Señor, y verá usted que aún cuando fuere viejo NO SE APARTARÁ DE ÉL. ¡Bendiciones!.
FIN
AYUDA:
Cuando hicimos esta obra la mamá en el final decía también datos de las reuniones de adolescentes y las escuelas dominicales, para que los padres mandaran a sus hijos allí, es una buena idea, queda a su criterio.

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