Thursday, December 07, 2006

NAVIDAD DESDE EL ENFOQUE HUMANO


Carta de Navidad desde Etiopía

Ángel Olaran (de los Padres Blancos)

Queridos amigos:

Si Jesús hubiera nacido hoy, y de una madre pobre, embarazada siendo soltera, en uno de los millones de ‘portales' del mundo, que mal lo hubiera tenido. Y peor aun, si este 25 de diciembre hubiera nacido en Níger. Llegaría a los 5 años de edad? Hubiera podido ir a la escuela, tener un techo que lo identificara entre sus vecinos de barrio? O hubiera sido la calle su casa.

Igual con mucha suerte, hubiera sobrevivido y tener muchas probabilidades de pertenecer al grupo de los millones de niños que son explotados sin escrúpulos por empresarios honestos que posiblemente celebraran la Navidad con el respeto que la ocasión solicita, quizás besando con devoción la rodilla infantil de Niño al final de la Eucaristía.

Le hubieran abierto las fronteras si sus padres hubieran tenido que emigrar? O hubiera sido de los sinpapeles; parte del grupo sin la identidad humana que les conceda un mínimo de respeto, de atención, de dignidad. Esa gran masa humillada, despreciada sino ignorada.

Pero con toda seguridad, ya desde su nacimiento se encontraría ‘protegido' por cientos de decretos y documentos asegurándole que como niño solo tiene derechos; que como niño la comida, la escuela, la sanidad, el techo, la dignidad, . . . las tiene aseguradas. Y además de los Derechos Humanos que son suyos solo por nacer, aun tiene los Derecho de Los Niños. Lo llegaran a saber los niños del Níger? Ver en las pantallas sus caritas cargadas de agotamiento, viejas, babeando miseria, con sus cuellos incapaces de sostener sus cabecitas y ojos hundidos en el desconcierto, es como ver la imagen moral de la Humanidad Pudiente.

Y nuestro Niño Jesús de hoy se iría preguntado, como es posible que no se materialice minimamente tanto DERECHO? Después de todo alimentar a uno de los niños sin acceso a la comida supone tan poco que resulta insultante mencionar esa cantidad ante el presupuesto de la Navidad. El Niño se extrañaría de tanta falsedad política, social, económica, religiosa. Preguntaría a los poderosos si creen alimentarlo por el solo hecho de haber producido otro documento inteligente o rezado a Dios para que no los olvide.

Y les preguntaría que por que han consentido que su madre, y millones de madres, sin el mas mínimo deseo ni cariño se haya tenido que acostar con su padre que, además de abandonarla y dejarla embarazada de el-ella, le ha infectado con un virus mortal. Cuánto ‘sanjose' deshumanizado. Y les hablaría de sus amiguitos en Wukro, por ejemplo. De Yergalem, con sus 12 años y ya encargada de sus 3 hermanitos. Su madre los abandono hace 2 meses; no tenía trabajo, no podía alimentarlos; los vecinos me decían que lloraba mucho, y una noche desapareció. Y también de Tsegazab, de 13 años y sus 4 hermanitos. Su madre murió hace 10 días, el sida se le complico con malaria cerebral. Y les comentaría como las infantiles caras de Yergalem y Tsegazab tuvieron que cambiar, para dar solidez al nuevo papel que aceptan con seriedad de adultos. Y de muchos más entre los 1.600 huérfanos, productos del sida y la tuberculosis. Ah! Y como desde hace unos días unas personas se hacen cargo de esas dos familias, Yergalem ha vuelto a la escuela, y sus caritas han recobrado los rasgos infantiles.

Como niño hubiera agradecido a los millones de personas que han defendido su derecho a nacer pero a la vez les hubiera preguntado que que están haciendo por esa vida que han protegido desde antes de su gestación hasta el nacimiento. Les hubiera recordado que el haber nacido exige unos mínimos de dignidad humana. El Si a la Vida, exige un compromiso con cada Vida concreta. Lo contrario conlleva una falsedad muy fea, por no decir grotesca. Como referencia podemos consultar a los miles de niños/as que desde antes de comenzar a andar ya ocupan las calles. Y la sociedad los tiene catalogados como Chicos de la Calle, igual a, el desecho de la sociedad honrada, civilizada. De Hecho, no son como los chicos/as de las familias decentes. Pero lo importante es que ‘lo sois de Derecho', se lo recordaríamos.

Y por que será que el Niño de Belén quiso ser reconocido como comida! A los pastores se les anuncio que lo encontrarían en un pesebre, y los pastores saben que en el pesebre se deposita la comida, y a través de ella los animales les reconocen. Jesús comida de la humanidad. Y de comida, de salud hablo de manera concreta alimentando y curando. Por desgracia en estos nuestros días, una parte mínima de la humanidad disfruta de la obesidad económica, social y física, impidiendo que la gran parte no tenga comida. Y no solo eso, sabes pobre Niño? Si hubieras sido una vaca, como la del portal de Belén, y estuvieras en Europa, tendrías un subsidio de 2 dólares. Pero tuviste la mala suerte de nacer niño-niña, por esos mundos de Dios, y de entrada perteneces al grupo de los 30.000 niños/as que mueren diariamente porque a penas te llegan unos céntimos de todo lo que necesita una vaca. Por otra parte, tienes que comprenderlo: se necesita tanto dinero para enterrar a nuestros hijos entre juguetes, curarles de su obesidad, no negarles sus caprichos más imbeciles. . . Gracias, se que me entiendes mejor que mis mal criados hijos. Y quizás el Niño inocentemente respondería que también tenemos gestos hacia ellos y que les mandamos costosos juguetes que los chicos un poco mayores utilizan en juegos de guerras. Les llamais armas.

Te imaginas la reacción de todos nosotros si un grupo humano declarara que va a matar, sin mas, 30.000 niñas/os al año! Los perseguiríamos a muerte. Pero por suerte para ti, no existe esa gente tan mala. El ejemplo de los otros 30.000 tampoco tiene que preocuparte, se trata de gente buena.

Gentes de todos los colores, creencias, ideologías, estados socio-económicos hacemos de esta época navideña como un recinto humano nostálgico. Es una ocasión para celebrar lo que sabemos que es bueno, deseable. Nuestros mejores sentimientos y deseos afloran con simpatía, naturalidad y un mínimo de sinceridad. Feliz Navidad no es solo una frase hecha. Llega a ser un deseo real.

Os deseo que, desde el ángulo que la celebréis, desde el sentido que este hecho del nacimiento de Jesús tenga, o no tenga para vosotros, os deis la oportunidad de haceros mejores personas, de comprometeros mas con el niño pobre, mal-alimentado, deshumanizado.

Y permitidme, no creyentes incluidos, que os desee una experiencia vital con el Dios que, haciéndose hombre, se identifica con lo pobre, y por obediencia, en el árbol de la cruz, experimentando el abandono de Dios, ‘repara' lo que el hombre, criatura, queriendo hacerse como Dios, por desobediencia, estropeó en el árbol del paraíso.

Os deseo eso que puede haceros felices.

Ángel Olaran
Etiopía

UN NUEVO ENFOQUENAVIDEÑO


"Felicitación" anticipada de Navidad
La realidad vista con los ojos puestos en el "belén" guatemalteco

Martín Valmaseda y la Familia marianista en Guatemala

Artículo publicado en la revista Vida Nueva, nº 2.447, 13 de noviembre de 2004



Escribimos esta “felicitación” a las puertas de noviembre, cuando ya aquí, en Guatemala, y en muchos lugares del mundo hay ambiente comercial… digo: navideño. En esta esquina del cinturón ardiente de América, con un trocito de “Familia marianista” intentando echar raíces a modo de postal navideña, les contamos cómo está el “belén” que tenemos aquí montado.
Se pueden encontrar en el paisaje muchos detalles navideños, aunque en esta tierra tropical no se conozca la nieve. Existen los caminos y callejuela por los que muchas María y José caminan buscando posada. Son típicas en nuestros barrios esas “posadas” donde un grupo, cargando con imágenes de la Sagrada Familia, hace sonar caparazones de tortuga y silbatos, canta a la puerta de las casas. “En nombre del cieeelo… Les pido posaaada… pues no puede andaaar… mi esposa amada”. Los de dentro cantan rechazándoles: “Aquí no es mesón… sigan adelante… pues no puedo abrir… no sea algún tunante”. Hasta que en el diálogo caen en quiénes son los que llaman: “Tú eres José… tu esposa es María… Entren peregrinos… no los conocía”.
Les abren, entran todos cantando, y termina la fiesta con unas galletas y ponche (sin alcohol, ¡eh!)
Existen los portales de Belén que, como en todas las ciudades de Latinoamérica… y del mundo, son las champas –chabolas– donde la gente se refugia como puede mientras el huracán no las haga rodar cuesta abajo. Guatemala es un belén montañoso. Los alrededores de la capital son barrancos que cuando están con arbolado invitan al paseo y al ecoturismo, pero pronto empieza a caer basura. Se cortan los árboles para leña, se vuelca material de derribo por las laderas y los alcaldes ofrecen ese terreno inestable a las familias pobres para que instalen sus covachas, sus portales, donde nacen y crecen los tiernitos, si no hay antes un corrimiento de tierra.
No hay muchas ovejas en la capital, pero en las mañanas, por los barrios, como Jocotales, pasan unos cabreros ofreciendo vasos de leche. Directamente de la cabra productora al consumidor.
Existen los Herodes, muchos y turnándose, que se ríen de los tratados de Paz y mantienen en zozobra a la población. Algunos se han ido a Miami dejando guardados en los bancos de Panamá los resto de sus rapiñas y dejando enterrados en cientos de cementerios clandestinos los restos de sus asesinatos, los miles de “santos inocentes” que lentamente, con dificultades legales van descubriendo los antropólogos forenses y entregando a sus familias para que les den un santo entierro.
Los santos inocentes
Se distinguen aquí los “santos inocentes”, los que han sido asesinados sin saber por qué. Aldeas enteras donde el Ejército entraba ametrallando y asesinando niños, mujeres, vecinos que no tenían casi noticia de cuál era el conflicto por el que morían… Se distinguen estos de los “mártires”. Los catequistas campesinos que anunciaban el mensaje de paz con palabras y obras y que fueron denunciados como guerrilleros, torturados, muertos. Los “soldados de Herodes” no fueron sólo militares sino los paramilitares, las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) que ahora exigen al Gobierno pago por los servicios prestados, mientras el resarcimiento a las víctimas queda retrasado por los Poncio Pilatos de turno que se van lavando las manos ante el problema y haciendo caso a quienes más gritan.
El juicio para los que mataron al profeta monseñor Gerardi sigue a paso de tortuga en los palacios de justicia.
También están las familias que huyeron a Egip… a México y ahora recelosas van volviendo y buscando lugar para reempezar la vida. Los retornados que volvieron del exilio fueron buscando lugar para volver a plantar sus milpas (maizales). Algunas encontraron sus antiguas tierras ocupadas por otros. Se habían cuidado los “herodes” de repartir las tierras entre otros campesinos, creando enfrentamiento entre los pobres (divide y vencerás). Algunos decepcionados intentan escapar a Roma… perdón, al país del Norte, donde esperan un poco más de seguridad… pero el país del Norte los rechaza también sin darles posada.
Hay una gran cantidad de figuras de nacimiento de lo más variado, como en todo belén decente:
Mamás cargando un niño a la espalda, otro en brazos, otro de la mano y uno más esperando la hora de salir a la luz. Hay campesinos con su machete a la cintura para lo que se necesite, intentando conseguir esas tierras que les quitaron conquistadores de todo tipo. Hay jóvenes enloquecidos por la falta de cariño y la droga, que asaltan las camionetas, matan y se matan. Hay mendigos falsos que exageran su pobreza para engañar a los incautos y pobres verdaderos que aguantan su necesidad, pero hace falta encontrarlos, porque no se atreven a pedir ayuda. Hay oficinistas encorbatados y maestros peleando para que les suban el sueldo, hombres y mujeres sin trabajo engañando su desilusión con el alcohol.
No faltan en este belén los soldados, policías del sanedrín, corrompidos, extorsionando a los pobres. Últimamente el Gobierno intenta aumentar la plantilla de fuerzas de seguridad, pero pocos de los que podrían hacer una labor educada se atreven. Así que siguen los escasos policías patrullando las calles acompañados por el Ejército, los del herodes invasor que en vez de defender las fronteras defiende al poder contra el pueblo dominado.
Al lado del poder, los sacerdotes del templo, de muchos templos, capillas, iglesias, confesiones, espiritualidades, intentando convencer, muchas veces a gritos, de que lo suyo es lo único y que todos los demás son hijos del diablo. Ya dijo el Rockefeller del Norte que la teología liberadora era un obstáculo para los intereses de su metrópoli en Latinoamérica. Así que convenía sembrar el país de muchos lugares de culto donde el pueblo mirase al cielo y escuchase gritos, pero no tuviera tiempo de reflexionar sobre el “belén” que se había armado… ni de poner los ojos en el pobre Niño Jesús del pesebre. Porque, ¡no puede faltar el Niño!, los niños que vienen asombrados a este mundo extraño; los maltratados antes de saber por qué unos padres amargados los golpean, o los venden para que les extirpe los órganos para trasplantes. Una de las mayores dificultades en el belén guatemalteco es aprobar una ley de adopciones que evite la corrupción de abogados negociantes a costa de los niños.
Niños y niñas de la calle
Encontramos bajo cobijas y cartones a los niños y niñas de la calle que duermen en el portal de cualquier soportal, sin mula ni buey. A veces pasan los “limpiadores sociales” disparándoles desde una furgoneta en marcha.
Naturalmente, como en todo belén, las figuras que se ven son exageradas caricaturas… pero reales. Y no sólo negativas.
También existen ángeles sin luces y sin alas que procuran anunciar la buena noticia de que Alguien y algo está naciendo. Algunos les hacen caso. Suelen ser las pequeñas comunidades de base que, como los pastores, reunidas en torno al fuego, en grupos pequeños, sin ruido, van asimilando el mensaje de que “otro mundo está por venir”.
Existen también los Magos, las ONG que con oro, euros y medicinas genéricas, intentan compensar lo que los vecinos del Norte se llevaron. También aparecen las personas que discretamente, sin contar miserias, ayudan fraternalmente, más que con dinero, con amistad y solidaridad.
Y, claro, existen los niños que viven su infancia, con sus caritas redondas y sonrientes. Los tiernitos queridos y “chineados”: llevados en brazos del papá o en el rebozo de sus mamás, echando las manitas a todo lo que se les acerca y esperando una Guatemala mejor.
Por los caminos de este país, entre colinas, bosques, bellos lagos, milpas… camina una multitud de pobres de Yahvé en los que casi nadie se fija. Al público le atrae más la covacha con el Niño o los castillos de Herodes o los Reyes Magos NG (No Gubernamentales)… Atraen la atención más esas figuras que mucha otra gente humilde dando y recibiendo cariño, haciendo todo el bien que puede sin salir en los periódicos ni en la tele, intentado distinguir entre tantas falsas estrellas de Occidente y Norte: anuncios luminosos, escaparates, propaganda… distinguir la estrella de oriente o la cruz del sur que anuncia la llegada de la nueva Jerusalén.

Martín Valmaseda y la Familia marianista en Guatemala